TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN (TDAH):
¿CÓMO DETECTARLO?
La mayoría de los niños sanos, sobre todo en etapa preescolar, son capaces de manejar sólo cortos períodos de atención, esto hace que no puedan realizar la misma actividad por mucho tiempo. También se encuentra dentro de su naturaleza estar llenos de energía e incluso ser más activos unos que otros niños. Entonces, ¿cómo sabemos que nuestro hijo podría sufrir de déficit atencional? En Colloky te daremos los detalles.
¿CÓMO SE PRODUCE EL TRASTORNO DE DÉFICIT ATENCIONAL?
Aunque, aún no está claro en un 100% el por qué se genera el TDAH, sí se sabe que las causas que lo producen son ligadas a problemas en el sistema nervioso central durante el desarrollo, la exposición a ciertos factores del medio ambiente y por componentes genéticos.
Es más, está comprobado que la exposición al plomo u otras toxinas ambientales, el nacimiento prematuro, el consumo de estupefacientes, alcohol o tabaco durante el embarazo o tener familiares directos que padecen este trastorno, son factores de riesgo en el origen del déficit atencional.
¿Y CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS PARA SOSPECHAR QUE SE SUFRE DE ESTE TRASTORNO?
Los síntomas, que en algunos casos se notan desde los 3 años, presentan dos características fundamentales que se pueden dar de manera aislada o en conjunto: el comportamiento hiperactivo o impulsivo y la falta de atención.
Si bien el TDAH es más común en niños con una conducta de predominancia hiperactiva e impulsiva, las niñas también pueden sufrir de éste trastorno, siendo la característica más común en ellas la falta de atención.
¿PERO, A QUÉ NOS REFERIMOS CON COMPORTAMIENTO IMPULSIVO O HIPERACTIVO Y LA FALTA DE ATENCIÓN?
Respecto del comportamiento impulsivo o hiperactivo, nos referimos a niños que están siempre inquietos, que no logran realizar actividades tranquilas, les cuesta estar sentados durante clases, hablan demasiado o interrumpen y no respetan conversaciones o juegos de otros, entre otras características.
Mientras que, cuando hablamos de falta de atención, aludimos a un patrón de conducta reiterado, que puede incluir dificultades para seguir instrucciones, por lo que no logra terminar, por ejemplo, las tareas escolares, evasión o enojo por hacer actividades que requieran un esfuerzo de concentración, falta de prolijidad o descuido en los detalles, distracción fácil, etc.
Quizás algunos de estos comportamientos puedan pasar desapercibidos entre lo que se considera “normal” de un niño, pero debes fijarte si tu hijo tiene conductas hostiles o desafiantes frente a la autoridad, actitudes antisociales, problemas para tolerar la frustración, trastornos del ánimo o de ansiedad como depresión, bipolaridad o Trastorno Obsesivo Compulsivo, tics nerviosos u otras prácticas que consideres que pueden ser una señal de alarma.
Es importante que sepas que, si un niño no es diagnosticado a tiempo, luchará contra obstáculos en todas las etapas de su vida, en los que se podrían incluir dificultades como el fracaso académico, baja autoestima, problemas para interactuar y, por consiguiente no ser aceptados por otras personas, e incluso, mayor riesgo de abuso de alcohol y drogas.
¿QUÉ TRATAMIENTOS EXISTEN?
Si sospechas que tu hijo puede tener trastorno de déficit atencional, consúltalo con su pediatra quien lo derivará a especialistas, quienes podrían recetar algunos medicamentos para reforzar la intervención psicológica que normalmente incluye la psicoterapia de cambios conductuales, la capacitación de habilidades sociales, la preparación para los padres y la terapia familiar como métodos que, si se utilizan con un enfoque de trabajo en equipo, harán que el niño presente una notable mejoría.